Érase una vez un zorro que vivía en un árbol dentro de una bola de cristal, de ésas que al girarlas cae la nieve.
Su pelaje era naranja chillón y de la coronilla le brotaba un mechón de pelo verde muy tieso, lo que confería a su cabeza el aspecto de una zanahoria. Su nombre era: FERIBO.Podréis pensar que vivir dentro de una bola de cristal debe de resultar muy aburrido. Pero la bola donde vive nuestro amigo, no es lo que parece. Dentro de ella cabe un bosque entero. El espacio que existe entre el primer árbol y el último que se ve, abarca varias decenas de kilómetros. Aquella bola era un micromundo en si misma e incluso se vivían las estaciones del año en su interior.
Caían copos de nieve en INVIERNO.
El inicio de esta estación era la época del año favorita de Feribo, porque con ella llegaba la Navidad. Le gustaba tanto, que no sólo decoraba su hogar, si no también los árboles aledaños a su casa creando un ambiente de bosque encantado.
Disfrutaba viendo caer los copos de nieve desde su ventana.
Pero todavía era mejor salir al aire libre y dejar que, al caer, los copos acariciaran su pelaje. Eran tan suaves como el algodón.
Y cuando se balanceaba en el columpio del árbol que estaba junto a su casa los copos le daban un suave masaje.
Sé que puede parecer incómodo quedarse mucho rato bajo la nieve pero, si pensáis que Feribo vive en una bola de cristal y como funcionan, entenderéis porque no queda empapado de agua y porqué los copos de nieve no se deshacen al chocar contra la superficie.
Lo que sí se siente dentro de la bola es el frío helador. Para sacudírselo de encima nada hay más reconfortante que un buen tazón de caldo cocinado a fuego lento en su acogedora casa en el árbol.
Al llegar la PRIMAVERA, los copos de nieve, se transformaban en miles de pétalos de flores.
Es una época ideal para pasear por el bosque que se llena de luz, de infinitos colores y…
… de todos los tipos de flores. Feribo siempre anda en busca de praderas repletas de ellas.
Y es que ¡Es tan agradable revolcarse entre sus pétalos! Además, le encanta la fragancia que dejan en su pelaje. Ése es el mejor perfume y el más natural.
Las tardes se alargan y se celebran meriendas campestres con los otros habitantes del bosque.
La última noche de primavera llega el Spring Festival para dar la bienvenida al VERANO.
En la estación estival, la cúpula de cristal se llena de brillantina dorada que hace las veces de farolillos de verbena y cada noche el bosque se convierte en una fiesta…
… y se llena de música. Es el mejor momento para disfrutar de los amigos de siempre…
… y de hacer otros nuevos;
de admirar el cielo estrellado en la quietud de la noche, de pedirle consejo a la luna…
… y de dormir a la intemperie para aprovechar la suave brisa y el frescor de la noche.
Y es que los zorros en verano, con su espeso pelaje ¡pasan muchísimo calor!
Por suerte, con el mes de SEPTIEMBRE, el calor sofocante se marcha. Los colores del bosque comienzan a mudar a la paleta de los marrones. Feribo siempre ha pensado que esa gama de colores combina a la perfección con su tono anaranjado.
Vuelan las hojas de los árboles en OTOÑO posándose en el suelo formando un mullido colchón de lo más cómodo.
A Feribo le encanta esconderse y jugar con las hojas.
Es la época de las lluvias. ¡Qué divertido es saltar en los charcos! ¡Chof, chap, chop!
Y para descansar del ajetreo, ¡qué sensación tan relajante! Sentarse en el bosque a escuchar la lluvia caer y respirar el olor a la tierra mojada.
Cuando escampa y deja de llover, es tradición otoñal salir en busca de setas y hongos, uno de sus manjares predilectos.
Al volver a casa, para atemperarse, siempre toma un té a la canela bien calentito.
Todas estas pequeñas cosas y muchas otras más que no hemos apuntado aquí componían la sencilla rutina de nuestro amigo. Feribo era feliz. Observad como menea el rabo de contento en todas las imágenes.
Pero en uno de sus paseos por el bosque, sin buscarlo, sin desearlo, sin previo aviso, de repente: la vio. Y su mundo se detuvo.
¿Y cómo podrían ser felices juntos, dos que deberían considerarse enemigos por naturaleza? Un zorro que se enamora de un conejo y un conejo que se enamora de un zorro cuya cabeza parece una zanahoria…
Pero Feribo no se dará por vencido tan fácilmente. Agazapado entre la maleza del bosque, ha averiguado donde vive la conejita, …
… ha escrito una preciosa postal de San Valentín y la ha echado al buzón de su madriguera…
¡FELIZ SAN VALENTIN!
Y os preguntaréis, ¿Dónde está la bola de nieve donde habita FERIBO el zorro? Se encuentra en China en casa de su creador Oamul. Este muchacho es todo un artista en China y tiene infinidad de gifs preciosos, pero a mí los de FERIBO me han robado el corazón. Y me he encaprichado del libro del zorrito. Mirad el video de presentación, ¡no puede ser más bonito!
P.D.: Por supuesto, Feribo es otro de los amigos de Claude. Si os ha gustado la historia de Feribo y queréis conocer más historias bonitas de San Valentín, aquí os dejamos la historia de Valentina y la historia de Carl y Ellie.
Es adorable .dan ganas de abrazar a Feribo !
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