Somewhere Over the Rainbow

Cuando Claude me preguntó donde quería ir la primera vez que subí a visitarle, la respuesta, me salió sola. Ni siquiera lo pensé y dije: “Más allá del arco iris”

¿Y qué hay más allá del arco iris? Algunos de vosotros lo habréis adivinado. En algún lugar, más allá del arco iris, todo recto y hacía el cielo, se encuentra… el Pais de OZ. Cuando llegué allí no podía creerlo. Realmente la película se rodó allí y Oz es tal cual lo imaginaba. Todo en Oz se veía en tecnicolor, colores primarios, muy vivos y brillantes. Los munchkins, tan pequeños e intrigantes como en la película… (a mí, personalmente, me dan más miedo que la misma Bruja del Oeste). Enseguida encontré lo que estaba buscando: el encaracolado inicio del camino de baldosas amarillas… Puse ambos pies sobre el centro de la espiral, después avancé, un pie primero, el otro después, con mucho cuidado y guardando el equilibrio para no salirme del camino y así comencé a seguir, junto a Claude, el legendario sendero amarillo que llevaba hasta Ciudad Esmeralda.

Unos pasos más allá nos encontramos con un lugar que nos resultó familiar: el campo donde solía vivir el Espantapájaros. No había rastro de él, pero tampoco de los cuervos. Parece ser que con el cerebro que se ganó había inventado un sistema para evitar los ataques a las cosechas.

Oz_Dorita_Espantapájaros

El camino era largo, y ciertamente, no estaba demasiado animado, pero con toda la novedad que suponía estar allí y lo desconcertante que resultaba todo, no nos aburrimos para nada. Llegamos a la entrada del bosque donde Dorita se topó con el Hombre de Hojalata y seguimos adentrándonos entre la oscuridad de los árboles de aquel bosque donde una vez vivió un León que un día fue cobarde.

Oz_Dorita_León_Cobarde

El cansancio hizo su aparición y decidimos parar a comer algo. Probamos a alcanzar una manzana de uno de los árboles ¡Vaya susto! El Sr. árbol se ofendió, nos cogió en volandas y nos lanzó al vacío. Suerte tuvimos de caer en un campo de amapolas. Y al levantarnos y alzar la vista, divisamos al fondo la Ciudad Esmeralda. ¡Espectacular! Realmente el Palacio de Oz estaba construido con la piedra preciosa que daba nombre a la ciudad porque destellaba en verde a la luz del sol.

mago_de_oz

De repente, el sueño se apodero de mí, y mi cuerpo se desplomó dormido sobre el campo de amapolas. El hechizo que lanzó sobre las flores la Bruja mala del Oeste todavía surtía efecto. La nieve que en su día la bruja buena del norte, Glinda, hizo caer para anular la magia negra, se había derretido y la fragancia de las amapolas nos sumió en un profundo sueño (Claude tampoco era inmune al hechizo).

Oz_Campo_Amapolas

Salimos de allí gracias a los monos voladores, ahora bajo el mando de la Bruja buena del Norte, que nos transportaron volando hasta las puertas de Ciudad Esmeralda.

Oz_Monos_Voladores

Despertamos justo delante del portón verde e inmenso de la Ciudad. Llamamos a la puerta con los nudillos y un oziano se asomó por un ventanuco. No pareció tener intención de dejarnos entrar. Por suerte, pasaba por allí el Hombre de Hojalata, al que resulta que Claude conocía de una anterior visita y nos invitó a pasar y se ofreció a acompañarnos como guía de lujo de la mágica Ciudad. Nos informó de que el Mago de Oz, ya no residía allí, desde que se marchó en Globo en tiempos de Dorita no habían vuelto a verlo. En ausencia del mago, el país lo seguía gobernando el Espantapájaros con ayuda del Hombre de Hojalata y el León.

Oz_despedida_mago_globo

Pudimos visitar el Castillo y descubrir como funcionaban los trucos del mago, poniéndonos unas gafas verdes que dejaban al descubierto las triquiñuelas, que eran sencillas a la par que ingeniosas.

Oz_Ciudad_Esmeralda_Gafas

Para finalizar la velada vimos la película “El Mago de Oz” que, en realidad, es verídica y narra la historia del país de Oz. A la proyección también vinieron el Espantapájaros y el León. Al terminar se pasó a saludarnos la Bruja buena del Norte que nos confió donde radicaba la mágia de aquel lugar:

“Oz es un país mágico, donde los sueños que te atrevas a soñar pueden convertirse en realidad. Todos y cada uno de nosotros, tenemos el poder para alcanzar nuestros sueños, pero debemos descubrirlo por nosotros mismos. Se necesitan 3 ingredientes: corazón, cerebro y valor. Y es que, para conseguir que nuestros sueños se hagan realidad debemos tener el valor de seguir a nuestro corazón, pero no es suficiente con eso, el cerebro debe encargarse de pensar y planificar cada paso a dar para conseguir avanzar en el camino.”

Nos invitaron a quedarnos para conocer una historia mucho anterior a la llegada de Dorita, pero se había hecho tarde y no había tiempo para más. Prometimos volver, no nos lo perderíamos por nada del mundo!

Me habría quedado en Oz más tiempo. Mientras estuve allí todos mis problemas se derritieron y desvanecieron, pero, igual que le ocurrió a Dorita echaba de menos mi hogar. Al atardecer cuando la luz del sol se había tornado anaranjada, cruzamos de nuevo el arco iris en sentido contrario para volver a casa… Hasta pronto OZ!

Al despertar de mi sueño, al día siguiente, decidí ponerme mis zapatos rojos. Quien sabe, si Oz existe, quizá si cierro bien los ojos y junto mis zapatos rojos uno contra otro 3 veces ocurra algo mágico!

Oz_Chapines_Rubies_Chie_Mihara

Tan mágico como una de las canciones más bonitas que se han escrito nunca… y la razón por la que respondí a Claude «Más allá del arco iris». Disfrutadla:

Nota: Todas las ilustraciones preciosas incluidas en este post son obra de Lorena Álvarez. http://www.lorenaalvarez.com. Los «chapines rojos» son unos zapatos Chie Mihara (como me encantan!) de la Colección Otoño Invierno 2012-2013. El tema:»Over the Rainbow» en la versión interpretada por la gran Eva Cassidy.

Oz_mago_cenefa_fin

3 comentarios sobre “Somewhere Over the Rainbow

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